Proseguimos examinando modelos de las mejores marcas
Probamos el que indudablemente sea el modelo más icónico de Seat, el 600. Para esta prueba nos unimos al CAVA Huelva en una pequeña ruta por los sitios colombinos de la provincia onubense. Verdaderamente una vivencia digna de rememorar.

Nuestro Seat 600 cubierto de sobra turismos tradicionales, como Fiat 124 o Renault 4 L
Todos hemos crecido con las historias de nuestros progenitores y abuelos, sobre los largos viajes a la playa dentro de un Seat 600 en el que ingresaban , los pequeños, las mascotas, las maletas… Seguramente todos las hemos oído, aun alguno más veterano que un servidor, asimismo lo va a haber vivido. En lo personal, desde el instante en que era pequeño y escuchaba esas historias, siempre y en todo momento tuve las ganas y la ilusión de evaluar uno de estos míticos cochecitos. Sé que no es un Ferrari ni nada parecido, pero siempre y en todo momento fué un vehículo que me ha llamado bastante la atención, tanto por estética, como por historia. ¿Quién me iba a decir que ese día había llegado?.
Todo empezó con la iniciativa de mi buen amigo Javier Rivera, dueño de un Seat 600 D y presidente del «Club Seat 600 – Costa de la Luz». Su iniciativa era que llevara su 600 por medio de la ruta marcada por el CAVA Huelva (Club Amigo del Vehículo Viejo), la cuál tendría una distancia aproximada de unos 25 km en los que recorreríamos los diferentes puntos colombinos de la provincia de Huelva. Como no, esta iniciativa la tomé como un obsequio. Llevar un 600, al lado de otros varios turismos del club, en su 60 aniversario, era un plan más que especial.
El que iba a ser mi Seat 600 por unas horas, tenía que ver con la variación “D”, fabricada entre los años 1963 y 1970. Exactamente el modelo que iba a evaluar era el de segunda serie, en tanto que la variación D, se fabricó en 2 series diferentes. Esta versión resaltaba por un motor algo más grande que el 600 original, ascendiendo su cubicaje hasta los 767 centímetros cúbicos, que acrecentaban su capacidad en prácticamente 4 CV plus respecto a su precursor, dejándonos con un total de 25 CV. Equiparados con algún vehículo de hoy, esa capacidad se ve absurda, pero hay que tomar en cuenta que hablamos de un vehículo con un peso total de unos 600 kg y 60 años de antigüedad. Esto podía llevar al 600 hasta una agilidad máxima de unos 110 km/h.

Por pequeño que parezca el 600 por fuera, su habitáculo es bastante espacioso y hasta cómodo
El Seat 600 D, ganó en tranquilidad y en una pequeña diferenciación exterior respecto al 600 original. Por servirnos de un ejemplo, en el D, podemos encontrar el arranque ubicado en el centro del salpicadero, el que podíamos activarlo por medio de la llave, en el original se activaba mediante una palanca ubicada en el túnel central, al lado del freno de mano. Aumentó la aptitud de su tanque de comburente en 3 litros plus, quedándose en un total de 30 litros, asimismo se alteró su localización, en este momento ubicado en situación central en el maletero, el que está en el morro del turismo puesto que tiene el motor en situación posterior.
Estéticamente en el modelo D, podemos encontrar cambios como, la situación de las luces de intermitencia delanteras, en el primer 600 se ubicaban sobre las aletas delanteras, al lado del portón del capó. Ahora en la variación D se colocaron bajo los faros de iluminación de cruce. Asimismo incorporó novedosas molduras cromadas en las puertas, las que no alteraron su forma de apertura, continuando con el clásico diseño de tipo suicida.
El Seat 600 D que el día de hoy nos ocupa, es un turismo que tiene pedigree, puesto que es entre las entidades que se desplazaron hasta el Circuito de Montmeló para conmemorar el 60 aniversario del modelo, y así hallar el récord Guiness. En este acontecimiento se logró juntar a 787 Seat 600, si bien las miras iniciales eran de juntar un total a 600 entidades.

En la caravana abundaban las entidades del Seat 600
Indudablemente, toda vez que hayas visto un 600 al lado de algún vehículo moderno, brinca a la visión el contraste de tamaño, el Seat se ve verdaderamente pequeño exteriormente, y exactamente, una vez te instalas dentro suyo, llama poderosamente la atención, la amplitud que tiene en sus asientos delanteros. Podríamos catalogarlo aun como un turismo cómodo. Con un enorme espacio para las piernas y para la cabeza. En situación de conducción con un pasajero en el taburete del copiloto, en ningún instante te sientes apretado, y bastante menos incómodo, como he dicho, es bastante extenso, lejos de su pequeña fachada exterior.
En la fila frontal podemos encontrar 2 asientos independientes, sin descansa cabezas y sin abrazaderas laterales. En medio de estos, se ubica, la palanca del freno de mano, al lado del pequeño tirador del estarter, el que nos va a ayudar a arrancar nuestro 600 en el momento en que esté frío. La fila deasientos traseros es menos habitable para personas de una estatura media-alta, aquí el 600, peca de poco espacio para las piernas y para la cabeza.
El salpicadero, encabezado por el enorme volante de baquelita, es simplicidad en su expresión máxima. En el centro de este poseemos el pequeño “centro de mandos” donde podemos encontrar 3 botones o interruptores, que activan, las luces de cruce, limpiaparabrisas y luz del cuadro de instrumentos. Entre , se ubica la entrada de la llave de arranque.

El Seat 600 D, incorporaba las puertas con apertura suicida, algo que le aportaba mucha personalidad
Una vez iniciada la marcha, llama la atención, el nivel de alegría que hace a los transeúntes, el cruzarse con este turismo. ¡Es increíble!. La multitud te saluda, sonríe, saca su móvil para llevar a cabo fotografías. El Seat 600 agrada, y bastante. Probablemente pues retrotrae a los más superiores a su temporada de juventud. Me cuenta mi amigo Javier, que varios hombres, ciertos ahora jubilados, se aproximan al vehículo y empiezan a hablarle sobre de qué manera era su viejo 600 y cuánto cariño le tuvieron a este vehículo. Es una sensación que nunca había vivido.
Una vez examinamos la circulación con este vehículo, nos ofrecemos cuenta de que debemos olvidar todo lo aprendido con los cánones de pruebas a los turismos recientes. Las marchas no están todas y cada una acompasadas, sino solo lo están, la segunda, tercera y cuarta, la primera y marcha atrás cuesta meterlas, aun en ocasiones, al salir de un semáforo, es más veloz salir en segunda, que en primera.
Los pedales están verdaderamente pegados y no están centrados con el taburete ni con la situación de conducción, sino están sutilmente posicionados a la derecha. En el momento de frenar, tienes que pisar el pedal contundentemente, e inclusive de esta forma, no aguardes una frenada del nivel de un vehículo de hoy, ni muchísimo menos. La dirección, como era de aguardar, no es asistida, pero tampoco podríamos catalogarla como la más dura de todo el mundo.

El pequeño motor de 767cc, entregaba un total de 25 CV
Es un vehículo puramente rutero, para una salida de fin de semana en familia, gozando bastante de la carretera como otrora se hacía. Introduces la cuarta marcha y el 600 es un devora quilómetros. Si bien el estruendos del motor se escucha bastante en el interior, no es un sonido que llegue a fastidiar o a impedirnos sostener una charla.
Llegamos a La Rábida, sitio popular por ser de donde partieron las carabelas rumbo al hallazgo del conjunto de naciones americano. Allí hicimos una parada donde varios de los competidores eligieron entender este lugar, y otros sencillamente lo han tomado como punto donde entablar relaciones con otros dueños de automóviles tradicionales. Aparcamos numerosos 600 juntos, todos correspondientes al “Club Seat 600 – Costa de la Luz”, creando una estampa que varios visitantes no tardaron en retratar.
Allí pude deleitarme con las vistas a otros turismos que nos acompañaban en la caravana. Entre aquéllos que podíamos localizar: Corvette C4, Porsche 911, numerosos Cadillac, Pontiac Firebird, Renault 5 GT Turbo y considerablemente más Seat 600, los más rebosantes en cantidad en tanto que se unieron numerosos clubs de ciertas ciudades lindantes.

Varios de los pertenecientes del «Club Seat 600 – Costa de la Luz”
Salimos hacia Palos de la Frontera, pueblo bien conocido en la provincia onubense. Allí fueron varios los peatones que detenían sus menesteres para sacar los móviles inteligentes y retratar la enorme caravana, varios realizando fotografías y otros varios inmortalizándolo en vídeo. Lo que si entendemos, es que al paso de la concentración, no cesaban de manifestarse sonrisas, y todo sea dicho, muchas de las que las sacaba nuestro colorado 600.
Allí concluimos el tour por las descubridoras tierras colombinas. Aparcamos juntos todos y cada uno de los turismos que se unieron al CAVA aquel Domingo. Hicimos una comida donde pudimos relacionarnos con otros varios enamorados de los turismos tradicionales. Asimismo el “Club Seat 600 – Costa de la Luz” efectuó una distribución de premios a los más destacados Seat 600.
Por supuesto, un día que difícilmente va a caer en el olvido. El Seat 600 va a ser un turismo que a ciertos no atraerá por su antigüedad, su falta de tecnología, el cuidadoso cuidado que precisa o por sus pequeñas dimensiones, pero , en lo personal, cumplí una ilusión, que era poder conducir un 600 y en este momento tengo un pequeño inconveniente: mi ilusión de hoy, es hacerme con uno.

Seat 600 D
Qué belleza de coche, una joya de la historia automotriz española. ¡Me encantaría tener uno en mi garaje!
No puedo creer que haya gente que aún piense que el Seat 600 fue un fracaso. ¡Es un clásico indiscutible!
¡Vaya, vaya! Parece que alguien está bastante seguro de su opinión. Aunque respeto tu amor por el Seat 600, no puedo evitar preguntarme si realmente entiendes el concepto de fracaso. Pero bueno, cada loco con su tema. ¡Saludos!
¡Qué belleza de coche! Me encantaría tener uno para pasear por las calles.
¡Qué recuerdos! Me encantaría tener uno de esos Seat 600, son tan clásicos y nostálgicos.
¿Alguien más cree que el Seat 600 es el verdadero tesoro escondido de España? ¡Increíble!