Proseguimos examinando modelos de las mejores fabricantes
No vamos a encontrar varios cambios en el aspecto mecánico, no para cumplir normativas anticontaminación: Mazda se adelantó a Euro 6. Probamos el motor 2.2 diésel de 150 CV, el menos fuerte de la gama, con cambio manual (MT) y tracción frontal (FWD).
De toda la gama CX-5, la versión analizada es la única exenta del impuesto de matriculación, al homologar un consumo de gasóleo de 4,6 l/100 km. Mazda alardea de tener entre los SUV del segmento mucho más rápidos, en verdad, pesa menos que un Opel Astra de la generación previo. La marca asimismo saca pecho en el sentido aerodinámico.
Eso quiere decir que se apreciará menos, en el sentido negativo, el estar manejando un SUV, al tener un peso afín a un sólido y al tener una aceptable aerodinámica. Los resultados que se consiguieron en la prueba por supuesto certifican esa impresión preliminar, este turismo puede conformarse con un consumo realmente razonable. No obstante, el Mazda3 prosigue gastando menos, sin irnos del desarrollador.
La versión analizada, excluyendo el equipamiento agregada, pesa 1.420 kg introduciendo 75 kg de conductor, en orden de marcha. No lo vamos a ver muy pesado, es un SUV ágil, si bien la posición de conducción elevada no nos acabará de hacernos sentir como en un sólido. Por otra parte, es lo que se busca con un vehículo de esta manera, hay a quien le agrada, y hay a quien no le agrada. El Mazda3 me pareció considerablemente más dinámico.

La caja de cambios manual influye bastante en la sensación efectiva de conducir este vehículo, lo frecuente de la vivienda Mazda
La caja de cambios manual tiene recorridos muy cortitos y de accionamiento veloz, como tiende a suceder en este desarrollador, dando una sensación mucho más deportiva al conductor. Es un SUV mucho más destinado al disfrute de la conducción, una forma de pensar mucho más Premium que la media.
Además de esto, se especifican cambios en la suspensión: casquillos de los brazos inferiores, amortiguadores y muelles. Estos cambios se hicieron para prosperar el confort de marcha, sin que por esto el conductor vaya muy apartado. Asimismo afirma Mazda que optimización la seguridad, pero sin haber conducido el modelo previo, no puedo confirmarlo ni negarlo.
En un viaje largo por autovía me pareció un vehículo cómodo, no relevantemente mejor que una berlina, en tanto que emplea neumáticos de «poco» perfil y una suspensión tirando a estable, pero sin torturar las espaldas del pasaje. Por consiguiente, no me semeja conveniente a un Mazda3 o un Mazda6. Un conductor de estatura media puede subirse el taburete de esos modelos y tener una sensación similar, pero ahora entramos en el lote pantanoso de los deseos personales.

Los motores SKYACTIV son la salvedad que asegura la regla, dan exactamente el mismo resultado que motores menos fiables o menos satisfactorios
La noticia mucho más considerable del modelo 2015 es el nuevo motor gasolina 2.5 SKYACTIV-G de 192 CV, con el sistema de restauración de energía i-ELOOP. Se asocia de forma exclusiva a la tracción total y el cambio automático, bien interesante para quien no vaya a hacer rentable el diésel de 175 CV. En su segmento es de los últimos atmosféricos que quedan.
Con en comparación con motor analizado, es de los mejores de su segmento en 4 tubos. Si bien utiliza una cilindrada ahora tirando a alta, 2.2, su peculiar diseño con baja relación de compresión provoca que sea muy divertido, y que no trague lo mismo que un 2.2 de hace unos años. Es lo que Mazda llama rightsizing, una cilindrada adecuada, no sencillamente baja.
Circulando a velocidades de 120-130 km/h por autovía, rutas secundarias y localidad, cargadito con 4 mayores, entró en reserva a los 800 km, lo que significa un consumo de prácticamente 6 l/100 km de gasóleo. El computador de dentro señaló un consumo de 5,8 l/100 km, muy próximo al apunte real, a 89 km/h de media.

Los datos del histórico 3, 2 y 1 forman parte a la prueba de Motor.es, los precedentes a otros cronistas. Es viable arrimarse bastante -o igualar- los consumos homologados con cambio manual y tracción frontal
Ese consumo es muy afín al de una berlina de capacidad y peso afines, lo que me semeja asombroso. En condiciones de empleo menos rigurosos saqué una media de 5,3 l/100 km, mejor aún. Si hilamos muy fino, tenemos la posibilidad de hallar consumos verdaderamente espectaculares para un vehículo tan aparatoso visualmente.
Esforzándome al límite, sin sobrepasar 100 km/h y con pendiente descendente, logré ver en el tablero de instrumentos un consumo de solo 4 l/100 km, lo que no había logrado nunca con un SUV con motor diésel. Insisto, no es necesario llevar un 1.6 apretado para gastar poco, sino más bien tener un motor bien desarrollado, como en la situacion que nos ocupa.
En región urbana revela su efectividad el sistema i-Stop, que detiene el motor en el momento en que no es requisito y lo comienza en menos de 0,5 segundos sin acortar la vida útil del motor de arranque. Es un sistema único de Mazda, el motor comienza inyectando gasóleo en el tubo que está en carrera de compresión; es de los más destacados del mercado. El motor puede estar apagado mucho más del 90% del tiempo que el turismo está detenido.

Si no lo veo, no lo creo
La opción alternativa al cambio manual es una caja automática de seis relaciones, de convertidor de par, que empeora los consumos y las posibilidades, pero tiene un manejo comodísimo si deseamos un agregado de confort. En contraste al modelo previo, en este momento sí tiene un modo «Sport» conmutable a fin de que la caja reacciones antes a nuestros deseos, pero únicamente para el 2.5 gasolina.
Con tracción frontal percibiremos que en varias oportunidades hay que apresurar con menos resolución para no patinar, lo que es muy habitual en algún SUV 4×2 como este. Las ediciones AWD fueron mejoradas, a fin de que el sistema mande par a las ruedas traseras solo en el momento en que es requisito. Para quien viva en una región de tiempo difícil, con varios días de lluvia o alguna nevada, la tracción total no es ninguna tontería.
El modelo analizado, con 150 CV, puede realizar 80-120 km/h en cuarta en poco mucho más de 6,5 segundos, prácticamente exactamente el mismo tiempo que precisó el Hyundai i40 1.7 CRDi de 140 CV en el momento en que lo probamos. Es con la capacidad de apresurar a 100 km/h en 9,2 segundos (+0,2 si es AWD) y lograr una agilidad penal en autovía: 202 km/h. Insisto, para ser un SUV, sus números son prácticamente clavados a un sólido.

En contraste al Mazda3, solo hay un modelo de tablero de instrumentos, da lo mismo el equipamiento. La pantalla digital de la esfera derecha está visualmente muy desfasada en pleno 2015
No soy amigo de esta clase de turismos, no me agradan, ni me satisface el planteo de conducción, pero este pertenece a los que mucho más me ha agradado. Asimismo debo decir que el Mazda3 me agradó considerablemente más, más allá de que acepto que este es un tanto mucho más cómodo, por lo menos en oposición al Mazda3 con llantas de 18″.
El «toque Mazda» se aprecia, de qué manera hace más rápido, de qué manera responde al acelerador, y de qué forma se comporta, no es el habitual SUV torpe. Si profundizamos en la comparación, no guarda relación con un todoterreno clásico. El accionar al máximo puede ser sutilmente sobrevirador, puesto que no es un vehículo pesado, y el control de seguridad sostiene las cosas en unos márgenes de seguridad muy admisibles.
Por ende, puestos a seleccionar un SUV de este segmento, esta sería una de mis primeras opciones, por lo menos con cambio manual, con cambio automático por el momento no lo tendría tan claro. Lástima que no tenga cosas como una suspensión de tarado variable. Para finalizar, poner énfasis que no posee ningún género de asistencia para la conducción fuera de carretera, la versión AWD tampoco: el reparto de tracción siempre y en todo momento es automático.

En la próxima distribución acabamos, existen muchos sistemas de seguridad que detallar…
¡Vaya, vaya! No puedo creer lo bien que se ve el nuevo Mazda CX-5. ¿Alguien más quiere uno?
Creo que el consumo de combustible del Mazda CX-5 es bastante impresionante. ¡Me encantaría tener uno!
Vaya, vaya, qué pedazo de motor tiene el Mazda CX-5. ¿Quién dijo que los SUVs no podían ser potentes y eficientes al mismo tiempo?