Prueba Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line: con un punto sport

Prueba Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line: con un punto sport

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El Ford Kuga se puso cada día con una imagen que busca asemejarse a la de su hermano mayor, el Edge, al unísono que estrena una exclusiva mecánica y un acabado de aspecto deportivo. Aquí tienes el Ford Kuga 1.5 Ecoboost de 150 CV ST Line.

Para sostenerse cada día en un mercado poco a poco más competido, Ford ha actualizado meses atrás su segunda generación del Ford Kuga. En ella, aparte de actualizar su imagen dándole un aspecto mucho más semejante al Ford Edge y con la novedosa coraza frontal que identifica a los SUV de la marca, se ha aprovechado para ingresar novedosas mecánicas y acabados.

Exactamente estrenando mecánica y acabado está la versión escogida para esta prueba, con el motor 1.5 Ecoboost de 150 CV (hay una variación de 180 CV) y el acabado ST Line, que le da algunos matices de deportes que destacan el atrayente del Kuga. Si bien el lavado de cara le sienta claramente bien y ganó en imagen, el Kuga todavía es entre los SUV mucho más veteranos de la categoría y poco puede llevar a cabo contra modelos totalmente nuevos como el Mazda CX-5, Seat Ateca o Peugeot 3008, que tienen la posibilidad de considerarse como sus tres primordiales oponentes, aparte del eterno Nissan Qashqai, pero que asimismo es «de los veteranos» (más allá de que se haya puesto cada día con un lavado de cara en el Salón de Ginebra 2017).

Los puntos fuertes del Kuga son un interior espacioso, una aceptable relación precio/equipamiento y un accionar en carretera de los mucho más seguros y gratificantes de la categoría. En contra suya están su veteranía (más allá de la actualización se aprecia cierto desfase con oponentes mucho más recientes) y unos consumos superiores por norma general y en especial en esta unidad de pruebas con motor 1.5 Ecoboost de gasolina. Más allá de su buena factura técnica y valores homologados, en empleo real en autopista es bien difícil bajarlo de los 10 l/100 km a 120 km/h; en localidad asimismo se ven sus mucho más de 1.600 kg de masa en orden de marcha.

Nuevos acabados

El acabado ST Line le sienta bien al Kuga.

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El acabado ST Line y el Vignale llegan a la gama Kuga para agradar a esos a los que los seduzcan la deportividad y el lujo respectivamente. El ST Line se enfoca mucho más en la imagen exterior del vehículo, con adornos en negro satinado, faldones, llantas… todo para buscar ese aspecto dinámico y mucho más juvenil. El Vignale, en cambio, se aplica mucho más al habitáculo (si bien en el exterior asimismo tiene datos únicos como la coraza frontal, la gama de colores o las llantas), con unos asientos de cuero de enorme calidad y mucho más precaución en los datos.

Para esta prueba hemos escogido el ST Line, pues nos semeja el que mejor encaja con los deseos del mercado. Una gran parte del éxito de los SUV es que cumplen muchas de las pretensiones de un vehículo familiar e inclusive una monovolumen, pero con una estética mucho más seductora y que no vaya diciendo: «sí; me he casado, tengo familia y mi vida es considerablemente más desganada que en el momento en que era un postadolescente».

La verdad es que estéticamente el ST Line es un acierto y es el Kuga de aspecto mucho más moderno de todos, en especial en la visión de adelante. Vamos a examinarlo en aspecto.

Nuestra opinión: 6,5

Considerable

  • Relación precio/equipamiento
  • Accionar dinámico
  • Amplitud

Mejorable

  • Consumos superiores
  • Tacto del cambio
  • Veteranía

Ver ficha técnica y equipamiento

Diseño: Con aires de Ford Edge

El Ford Kuga ha ganado en atractivo tras su puesta al día.

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El nuevo acabado ST Line es el que mucho más logró rejuvenecer al Kuga, cuya segunda generación nació ahora bastante conservadora en lo que se refiere a diseño. En el lavado de cara anunciado para 2017 se cambió el diseño del de adelante (que en este momento tiene dentro la calandra exagonal de lamas horizontales que identifica a los SUV de Ford) y de los conjuntos ópticos traseros. En el acabado ST Line la coraza frontal y los marcos de las ventanas abandonan el niquelado y pasan a ser de color negro satinado para ofrecerle un aspecto mucho más deportivo. Además de esto, se agregan unas taloneras laterales y paragolpes con unas entradas de aire de mayores dimensiones para dotarlo de ese toque mucho más juvenil y dinámico.

La unidad de pruebas tiene las llantas en color negro y aluminio pulimentado de 18 pulgadas que son muy interesantes, pero contribuyen decisivamente a que el consumo se dispare en relación a los valores oficiales. Con el color gris plata se ven mucho más esos concretes de color negro, a juego asimismo con las barras del techo y la máscara de los faros delanteros y pilotos traseros. Este Kuga es atrayente y, más que nada en la visión de adelante, resultón.

En cuanto al resto, es el Ford Kuga que conocemos desde 2012, con formas rectas que dejan explotar bien el espacio libre, unas puertas extensas que dejan un cómodo ingreso al interior y buenos acabados. Más allá de su veteranía, el Kuga tiene varios de los elementos de tendencia hoy en día; en verdad, ciertos fueron una novedad lanzada con él y que el resto han copiado, como la apertura manos libres del portón trasero.

Los nuevos faros delanteros dan una aceptable iluminación,  si bien esta unidad de pruebas los llevaba mal regulados y bastante altos, lo que hacía que el tráfico que me cruzaba protestase si bien no llevara las largas. Lamentablemente, es un fallo mucho más recurrente de lo deseable, si bien sean turismos nuevos y no es único de Ford sino más bien de todas y cada una de las fabricantes.

Los antiniebla delanteros son de buen tamaño y verdaderamente alumbran los laterales de la carretera, algo que es imposible decir de otros oponentes, con unos antiniebla que dan una luz absurda y que semejan mucho más un adorno que una herramienta.

 

Interior: Extenso como un monovolumen

Los cambios en el interior son menos llamativos que por fuera.

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Los cambios en el interior son bastante inferiores y prácticamente se ajustan a la novedosa pantalla del sistema multimedia, que en este momento integra las novedosas funcionalidades presentes en el Sync3, que es una revolución con en comparación con 2.

Al abrir las puertas, estamos con el diseño propio de los Ford de hace unos años. Hoy en dia solo el Focus y el Kuga sostienen ese salpicadero con una sobresaliente consola central y unas formas que hacen que sea bastante pesado visualmente y que «achique» el espacio interior, con una base del parabrisas alejadísima del volante, como en los monovolúmenes.

Asimismo el cuadro de instrumentos es exactamente el mismo de siempre y en todo momento, con mucha información pero unos diales algo pequeños y estridentes. En este nivel de acabado se puede cambiar la tonalidad de la iluminación ambiental, pero, como la de la instrumentación y el fondo de las teclas no cambia y todavía es azul, no combina bien en el momento en que escogemos otros colores para los concretes de los cuadros de puerta, región de los pies, etcétera.

Los asientos mezclan Alcantara con símil piel y son verdaderamente cómodos. Sostienen bien el cuerpo y su mullido es conveniente para efectuar buenas kilometradas sin fatiga, si bien deberemos parar frecuentemente a repostar.

La ergonomía es buena y los mandos primordiales quedan a mano, si bien la práctica de poner el mando del volumen en un chato prácticamente horizontal cerca de la pantalla táctil no es buenísima iniciativa, por el hecho de que provoca que los comandos de la parte baja de la pantalla sean incómodos de tocar.

El interior del Kuga es extenso tanto para los usuarios delanteros como en las plazas traseras, donde tres mayores tienen la posibilidad de ir con determinado confort, si bien, como es lógico, van a ir mucho más cómodos 2. El maletero tiene unas formas muy regulares que dejan explotar bien el espacio libre y la cortina que lo cubre es de calidad y simple de manejar.

Si bien hay suficientes huecos donde dejar las cosas en las puertas y en la consola central, se echan de menos ciertos espacios mucho más, tal como tomas de nutrición para los usuarios de las plazas traseras, que, poco a poco más, llevan «su música» en sus móviles inteligentes.

La unidad de pruebas tiene el techo panorámico abatible. En el momento en que el sol o el frío incordian, tenemos la posibilidad de cubrirlo con una cortinita retráctil de accionamiento eléctrico. Su calidad es buena, pero, si abrimos una ventanilla con ella desplegada, la corriente de aire en el habitáculo va a hacer que padezca bastante con las turbulencias y se mueva y golpee con el cristal.

Si requerimos derrumbar los respaldos traseros para ganar espacio de carga, lo vamos a poder llevar a cabo con sencillez y dejan un suelo prácticamente absolutamente chato. Bajo la tablilla poseemos espacio para una rueda de urgencia, pero en la unidad de pruebas está ocupado por el subwoofer del equipo de audio, tal es así que nos debemos constituir con un kit de reparación de pinchazos, conque mejor no aventurarnos bastante fuera del asfalto.

Motor: Ford turbo de 4 tubos

El motor 1.5 Ecoboost de 150 CV ofrece unas prestaciones correctas, pero sus consumos son elevados.

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La familia Ecoboost de gasolina de Ford tiene una avanzada tecnología y su desempeño teorético es realmente bueno. En la situacion del Kuga de pruebas, estamos con un motor de 4 tubos on line puesto transversalmente, de 1,5 litros de cilindrada y sobrealimentado por un turbo de baja inercia. Con esta configuración rinde 150 CV (hay otra versión de 180 CV que, probablemente, ofrezca mejores consumos al tener una curva de par mucho más conveniente) y está asociado a una caja de cambios manual de 6 marchas con tracción al eje delantero.

Este motor es bueno y sus posibilidades, geniales, pero está con 2 contrincantes esenciales en el Kuga: el peso y unos desarrollos de cambio largos. Como es una mecánica de poca cilindrada, su par natural es poco y precisa del turbo para tener pecho bastante para arrancar los prácticamente 1.700 kg de peso en orden de marcha de este Ford. Esto causa que sea simple calarlo, si somos de los que padecemos realizando patinar el embrague en el momento en que salimos desde parado, y que debamos estar bastante atentos del cambio para no dejarlo caer bajo las 2.000 rpm.

Entre el ralentí y esas vueltas solamente hay contestación a nuestras órdenes con el acelerador, conque ojo al ingresar en las glorietas en segunda con el motor bajísimo de vueltas, por el hecho de que, como debamos reaccionar frente al habitual animal que entra en ellas tal y como si fuera Le Mans, no vamos a tener aptitud de reacción y vamos a ser «su chicane móvil inteligente».

La caja de cambios tiene el habitual tacto de Ford, algo gomoso, si bien sus recorridos son adecuados y el embrague es despacio.

Una vez en carretera, sus posibilidades son sinceras, pero tampoco podemos aguardar unas aceleraciones resplandecientes en el momento de efectuar adelantamientos y la sexta va a ser bastante extendida para coronar puertos como el Manzanal o Piedrafita sosteniendo los 120 km/h. O sea exactamente lo que va a hacer que los consumos se disparen bastante. Es muy posible que la versión de 180 CV, con algo mucho más de par motor, consiga unos desenlaces mejores, al ir mucho más desahogado en las rampas o con el vehículo cargado.

Accionar: Entre los mucho más diligentes

El Kuga es más ágil de lo que pueda parecer, pero el peso se nota.

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Desde la publicación de la primera generación del Ford Focus, la compañía de america ha acertado de pleno con la puesta próximo activa de sus modelos, y el Kuga no es una salvedad. Por supuesto no es tan ágil como un Focus (pesa mucho más y, para colmo, está mucho más prominente), pero llama la atención la agilidad que tiene y sus reacciones son mucho más seguras y gratificantes de lo que nos imaginamos.

La dirección es bastante rápida y tenemos un sistema que disminuye el balanceo actuando sobre los frenos en vez de sobre las barras estabilizadoras. Resulta eficiente y no se siente bastante «artificial» desde el puesto de conducción.

En localidad disfrutamos de una aceptable visibilidad del tráfico merced a la situación elevada de conducción. El Kuga no es pequeño, pero tampoco resulta un mastodonte y vamos a poder maniobrar con determinada soltura. El mayor incordio va a venir por la citada sencillez para calarlo debido al poco par natural de la mecánica. Si bien el sistema de inyección eleva levemente el ralentí al dejar caer el embrague, en ocasiones no es bastante.

En autopista se agradecen los largos desarrollos del cambio que dejan ir rodando a 120 km/h con el motor bajo de vueltas, lo que baja el consumo y disminuye el sonido en el habitáculo. No obstante, la rodadura y el aire sí se oyen algo mucho más de lo deseable, lo que le resta confort, si bien sigue en la media con 78 dB medidos en el puesto del conductor.

En curvas veloces es permanente y da seguridad. Las suspensiones trabajan bien, filtran las irregularidades y sostienen el vehículo en contacto con el asfalto en los badenes. Tampoco las juntas de dilatación en pleno acompañamiento descolocan bastante al Kuga, que hace gala de un accionar muy noble, seguro y simple de conducir en todo instante.

Si nos movemos por rutas secundarias, el mayor inconveniente lo contamos con el peso y los largos desarrollos del cambio. Esta combinación provoca que sus 150 CV simulen menos y que los adelantamientos debamos asumirlos con prudencia y margen. En zonas viradas, el Kuga prosigue sosteniendo un óptimo nivel y es mucho más ágil de lo que se espera, aun nos dejará jugar algo con las transacciones de masas y vamos a poder redondear lo giros mucho más cerrados echando peso al eje delantero (levantando el pie del acelerador o frenando delicadamente). Por supuesto no es la intención de este vehículo el «ir de tramo», pero vamos a poder proceder a un ritmo alegre sin bastantes inconvenientes… Eso sí, subiendo, pues bajando los frenos afirmarán «basta» velozmente.

En el circuito de pruebas se corroboran las experiencias iniciales y el Kuga se revela como de los mejores SUV de su segmento en el apartado dinámico, con unas reacciones seguras, resultando simple de conducir, aun entretenido (en lo lógico).

La maniobra de sortea a 80 km/h la solventa sin inconvenientes y sin reacciones extrañas, si bien el ESP debe trabajar aun con el asfalto seco. Es lógico, si tomamos en cuenta su peso y la altura de su centro de gravedad. En lo que se refiere a la frenada de urgencia desde 100 km/h, asimismo es aceptable en lo que se refiere a distancias, pero, tras el tercer intento, se aprecia una clara pérdida de eficiencia por el calor que amontonan los frenos; nuevamente, el peso es el que es.

Al fin y al cabo, más allá de ser entre los mucho más veteranos en el mercado, el Kuga llama la atención con un accionar en carretera verdaderamente bueno. Merced a ello, resulta un turismo gratificante para conducir, cómodo para viajar y simple de llevar para alguno.

Equipamiento: No echarás nada en falta

El equipamiento del acabado ST Line es completo.

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El acabado ST Line se posiciona en la parte alta de la gama Kuga, conque su dotación de serie es muy completa. La unidad de pruebas tiene ciertos plus como el control de crucero adaptativo, el techo panorámico, la pintura metalizada, el paquete Winter (lavafaros, parabrisas térmico y volante calefactado), el portón manos libres… que hacen que el valor de la factura teorética suba hasta sobre los 35.000 euros. Digo «teorética» por el hecho de que Ford siempre y en todo momento es muy combativa en sus campañas y promociones, y el valor real hoy en dia (con una promoción de 5.500 euros de descuento) se queda en 29.690 euros, un precio verdaderamente competitivo.

El sistema Sync3 se encuentra dentro de las novedades introducidas en la gama Kuga 2017 y lo cierto es que el salto adelante con en comparación con Sync2 es colosal, singularmente en el apartado del manejo a través de comandos de voz, algo que reducirá nuestras dispesiones a lo largo de su manipulación.

Ingresar una dirección en el navegador o entrar a un contacto de la agenda del teléfono es muy simple merced a unos comandos de voz bastante naturales y que no requieren bastante estudio, ni desde nuestro lugar ni por la del sistema.

El control de crucero adaptativo no me convenció en este Ford gracias a las varias «falsas alarmas» que da. Es muy recurrente ir adelantando un camión por el carril izquierdo en una curva a izquierdas y que el turismo pegue un frenazo en medio de una maniobra, al interpretar que el vehículo está en nuestra trayectoria. Esto, aparte de incómodo, puede ser arriesgado, más que nada en un país como el nuestro, donde lo de la distancia de seguridad no se frecuenta respetar.

Si alguien nos prosigue de cerca (algo bastante recurrente), lo que menos se estima es que demos un frenazo en pleno adelantamiento. Lo destacado es que, en el momento en que estemos en estas ocasiones, seamos nosotros los que llevemos el pie en el acelerador, de este modo eludimos sustos y «menear» a los usuarios.

En lo que se refiere al resto de sistemas y complementos libres en el ST Line, lo cierto es que ahora con lo que trae de serie no necesitaremos «tirar de opcionales» para tener un vehículo bien armado. En este sentido, este nivel de acabado es de los «mucho más rentables» por lo que dan en lugar de lo que valen.

Consumo: La aerodinámica pasa factura

Los consumos de esta versión son demasiado elevados.

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Si bien las cantidades oficiales son muy prometedoras, en la utilización períodico este Kuga Ecoboost deja claro que no es un turismo aconsejable para los que vayan a efectuar varios km por año o a viajar muy cargados. Específicamente, Ford homologa un consumo en carretera de solo 5,3 l/100 km, en el momento en que de todos modos es claramente difícil bajarlo de los 6,5 l/100 km a menos que tengamos todo a favor.

Si, en vez de rodar a cruceros de entre 70 y 100 km/h, ascendemos hasta 120 km/h en autovía, la aerodinámica cobra su factura y el consumo se dispara hasta los 9,5 l/100 km solo con el conductor dentro, un número excesiva para sus posibilidades y estatus.

En localidad, el consumo homologado es de 7,8 l/100 km, pero es realmente difícil bajarlo de los 10,5 l/100 km.

La verdad es que el Ford Kuga no puede conseguir una aceptable nota en este capítulo, con unas cantidades bastante altas en todas y cada una de las situaciones.

Con estos escenarios de consumo y un depósito de 60 litros, es bien difícil lograr los 600 km de autonomía.

Oponentes: Oponentes del Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line

Prueba Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line: con un punto sport Prueba Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line: con un punto sport Prueba Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line: con un punto sport Prueba Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line: con un punto sport
Vehículo

Ford Kuga 1.5 EcoB. Coche S&S ST-Line 4×2 150

Mazda CX-5 2.0 Style+ 2WD 165

Seat Ateca 1.4 EcoTSI S&S Xcellence

Peugeot 3008 1.6 THP GT Line EAT6 165

Precio Desde
30.250 €
Desde
27.875 €
Desde
29.430 €
Desde
33.699 €
Comburente Gasolina Gasolina Gasolina Gasolina
Cambio 6 marchas 6 marchas 6 marchas 6 marchas
Capacidad (CV) 150 165 150 165
Aceleración 0-100 km/h (s) 9,7 9,2 8,5 8,9
Consumo Medio (l/100 km) 6,2 6,0 5,3 5,7
Emisiones CO2 (g/km) 143 139 123 129

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6 comentarios en «Prueba Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line: con un punto sport»

  1. ¡Vaya, vaya! El Ford Kuga 1.5 Ecoboost ST Line tiene un punto sport, ¿eh? Interesante… ¿Quién se anima a probarlo?

  2. ¡Totalmente de acuerdo! El diseño del Ford Kuga definitivamente tiene ese aspecto futurista y robótico que recuerda a un Transformer. ¡Me encanta! 🚀

  3. ¡Qué pedazo de coche! El diseño y el motor son una combinación explosiva. ¿Cuánto cuesta?

  4. Me encanta el diseño del Ford Kuga, pero ¿qué tal su rendimiento en carretera? ¿Alguien lo ha probado?

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