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El Focus pertence a los sólidos mucho más viejos actualmente. Pese a ello estrenó lavado de cara en 2015 y esta vez he podido evaluar una variación que combina el estilo deportivo con una mecánica más habitual, el Ford Focus 2.0 TDCi de 150 caballos.
En el momento en que charlamos del Ford Focus acostumbramos a meditar que hablamos de otro modelo mucho más del segmento C. No obstante este americano juega un papel fundamental en tal segmento, ya que a lo largo de unos años fué el modelo mucho más vendido de todo el mundo, en un año natural. Es algo que no tienen la posibilidad de decir varios de sus oponentes y es lógico que se haya ganado la popularidad que se ganó. En esta ocasión pudimos evaluar intensamente el restyling de la tercera generación que conocemos desde el instante en que fue publicado al mercado a fines del pasado siglo.

El Focus pertence a los sólidos mucho más viejos del segmento hoy en día
Específicamente Ford la presentó en sociedad en el año 1998. Ayuda como curiosidad que primero llegó a Europa y más tarde al resto de mercados, extraño si charlamos de un producto yanqui. Así la marca del óvalo reemplazaba a una historia de historia legendaria urbana, al obsoleto Ford Scort. La jugada no le ha salido nada mal, ya que como ahora he citado el Focus de forma rápida se convirtió en entre los pesos pesados del segmento, algo que no le agrada al Volkswagen Golf.
La lengua alemana es el líder indiscutible del segmento, cuando menos en Europa. Es con él con el que equiparamos la mayor parte de sólidos, ya que es él el que marca el paso de un mercado que prosigue soportando el empuje de los SUV. Para contrarrestar esta fuerza el Focus prosigue apostando por una configuración tradicional: cinco puertas, motor delantero, tracción frontal y un accionar mejor que sus teóricos hermanos todocamino.
Como ahora digo esta es la tercera generación del Focus, que todo sea dicho de paso no es novedosa. En verdad fue presentada en el Salón de Ginebra del año 2010, ahí es nada. No obstante últimamente, a fines de 2015, Ford decidió que ya iba siendo hora de hacerle un lavado de cara para de este modo poder proseguir siendo un líder ya que el progreso de los oponentes era ahora acosador. Conque eso es lo que se realizó; sostener las bases y darlas una exclusiva imagen.
Evidentemente eso incluyó una exclusiva y muy elegante carrocería. En la parte frontal se estrenó una exclusiva imagen de marca, exactamente la misma que hace un tiempo presentó el Ford Mondeo. Con ese nuevo morro el Focus ha perdido una parte del estilo deportivo para dejar paso a un ámbito mucho más glamuroso, mucho más refinado, y por qué razón no decirlo, mucho más europeo. No se debe olvidar que Europa tiene un enorme peso en el total de ventas del segmento C.

Línea mucho más muy elegante pero sin perder de vista el toque deportivo del acabado ST Line
En lo personal me agrada, me agrada pues es diferente al resto de modelos que circulan por Europa. Tiene un toque distinto, cuando menos en el de adelante por el hecho de que en la parte posterior las cosas no cambian tanto. Sí, se cambió el parachoques, el portón y los faros, pero en esencia todavía es exactamente el mismo Focus que conocíamos. Ojo que eso no significa que no haya mejorado, que lo hizo, lo único que cambia menos respecto al modelo original de la tercera generación.
Es un diseño que va a medio sendero del gusto europeo y el gusto americano. Elegante pero con ese toque cañero que muchos éxitos le dió. Por supuesto como el buen desarrollador que es Ford se ha currado distintas estilos para un mismo turismo, de ahí que podemos encontrar niveles diferentes de acabado estético. Por una parte están los Focus normales, por otros los ST y finalmente los RS, las bestias mucho más pardas de la manada que raras veces se dejan ver por ahí. En el caso específico de la unidad de pruebas se disponía del acabado particular Red&Black Edition que acompaña al acabado estético ST Line. Un medio sendero entre la sobriedad y la deportividad.
El resultado de semejante combinación es de buen gusto, si bien si tu rollo va mucho más con lo clásico indudablemente no comulgues con similar opción. A fin de cuentas no ya no es un acabado ST Line al que se le suma una combinación de colores especial y unas llantas de 18 pulgadas con solo cinco radios. Esta utiliza un color colorado para la mayoría de la carrocería y las pinzas de freno, y el negro para los datos. Hay otra versión que es completamente inversa, negro en carrocería y colorado en datos. ¿Averiguas su nombre? Ya que si, Black&Red Edition.

Los datos en colorados son particulares de esta edición particular, lo mismo que las llantas
Saltando al interior llegan una parte de los inconvenientes. Por bastante lavado de cara que se haya hecho el Focus acusa una extendida vida comercial. En este punto es donde comienza a perder con sus oponentes, ya que todos ellos se han actualizado mucho más últimamente y con esto se han incluido una secuencia de cambios que van mucho más en armonía con los deseos recientes. Por decirlo de alguna forma, este interior está muy visto.
Eso no quita que no haya tecnología tras él, pero sin lugar a dudas no se muestra del mismo modo que los turismos recientes. Hay 2 zonas que precisamente lo delatan, una es el cuadro de instrumentos y otra es la pantalla del salpicadero. Es precisamente igual que la presentada en 2010, 2 indicadores de importante tamaño acompañados por otros 2 mucho más pequeños y por un display multifunción que solo desprende datos básicos de la conducción, como los consumos, la agilidad media y poco mucho más. En la era del cuadro digital.
La familia Focus es muy amplia. Por una parte poseemos la unidad de 5 puertas, el familiar y los de deportes, con el RS a la cabeza.
Por su lado la pantalla del salpicadero ha evolucionado mucho más y mejor. Su tamaño es de hasta ocho pulgadas, y dado el aumento de dimensiones los diseñadores se tuvieron que «comer» la ingente proporción de botones que antes manejaban el equipo de música. Los botones de este quedaron apartados a la parte de abajo, y merced a Dios en este momento son considerablemente más claros y también intuitivos. Mucho más abajo está el módulo de la climatización, a la que asimismo se le dió un nuevo estilo muy acertado.
Si bien la predisposición de elementos es la adecuada, la manera no acaba de persuadirme, tampoco lo hacía en el viejo. Es bastante mazacote, bastante voluminoso. Si la comparas con la del Golf notas la diferencia de edad. Sin dudas lo malo es la hondura de la pantalla. Hoy la mayor parte van «flotando» en el salpicadero, la del Focus se oculta tras una repisa que ordena a espantar la mano del volante considerablemente más de lo aconsejable. Pero que no cunda el pavor, Ford sabe de estos errores, y seguramente de cara a la próxima generación lo solventará. A propósito, esa cuarta generación ahora está en sus últimos pasos de avance así como se revela en la buena compilación de fotografías espía que contamos del modelo.

Llevamos ahora unos años observando este salpicadero, ahora va siendo hora de modificarlo y actualizarlo
Pero como ahora he dicho el Focus engaña. Su vieja composición interior hace que la tecnología no se vea como debe pues haberla la hay. Eso significa que podemos encontrar elementos avanzados de seguridad como el avisador del ángulo fallecido, el lector de señales de tráfico, el asistente de cuidado de carril o el asistente de frenada en localidad. No son pocos, pero se echan en falta mucho más de estos dispositivos que tan precisos son en este momento para aumentar la seguridad de los ocupantes.
Alén de ellos podemos encontrar elementos como el navegador, el techo del sol, el control de crucero, la cámara posterior de estacionamiento, el asistente de estacionamiento, los sensores perimetrales, asientos climatizados, el climatizador bizona y una buenísima conectividad para gadgets móviles inteligentes vía bluetooth y USB. Al fin y al cabo es eso, hay bastante equipamiento, una parte de serie y parte opcional, y por esa razón mucho más abajo, en la tabla de votaciones, lo destaco como algo positivo. Probablemente halla mucho más, sí, no dudo, pero para un servidor es mucho más que bastante por el hecho de que de esta manera logramos sostener la factura baja, algo que siempre y en todo momento se agradece.
En lo que se refiere a sus medidas, hablamos de entre los modelos mucho más enormes de la categoría. En sus 4,36 metros de largo, 2,64 van premeditados a la guerra. Si por servirnos de un ejemplo lo equiparamos con un SEAT León, el español es 10 centímetros mucho más corto de largo pero muestra exactamente la misma guerra. Eso significa que Ford no explota al máximo las habilidades de habitabilidad del Focus, con lo que no deseo decir que sea un vehículo angosto, por el hecho de que no es así.

Las plazas traseras son buenas, parcas en datos y con ciertos cambios que podrían ser mejores
En verdad la guerra entrega un óptimo espacio para los ocupantes. 4 mejor que cinco, pero este último no va a ir completamente incómodo en una plaza central que no peca ni de angosta ni de dura. Además de esto el túnel de transmisión solamente se eleva del suelo pues lo que no vamos a tener esa penalización. En lo que se refiere a maletero nos encontramos frente a un mínimo de 277 litros, extensibles a 1.148 si abatimos la segunda fila de asientos. Esta medida no es para tirar cohetes pues si la equiparamos con sus oponentes, así como el citado León, este tiene 380 litros. Una diferencia muy exagerada.
Donde siempre y en todo momento ha señalado el Focus es en el apartado dinámico. En lo que se refiere a chasis y interfaz nada se ha tocado respecto a lo que existe, pero los motores sí que fueron revisados y actualizados. La gama ofertada es gran y diferente con 2 motores diésel y otros muchos gasolina con tres y 4 tubos. Hay que agregar una quinta parte motor que siempre y en todo momento va a ir asociado a una impulsión combinada entre gasolina y gas. En lo que se refiere a potencias, se una parte de los 95 caballos y se llega a un máximo de 182. Estas cantidades medran si brincamos al Focus ST y al Focus RS que muestra la salvaje cifra de 350 caballos.
Pero en un caso así no charlamos de extremos, sino más bien de equilibrio. La unidad probada equipaba una configuración muy adecuada de motor diésel 2.0 TDCi con 150 caballos y cambio manual de seis velocidades. Es una combinación muy favorece por distintos fundamentos. Balanceada en lo que se refiere a accionar, desempeño, consumos y precio.
Probablemente este último apartado sea una de las considerables características del Focus. El valor de venta del Ford Focus una parte de los 19.275 euros, que con descuentos tienen la posibilidad de llegar a quedarse en poco mucho más de 13.000 euros. En el caso específico de la unidad de pruebas el valor de venta, según configurador, es de 32.225 euros. Este presupuesto baja sensiblemente si nos apuntamos a los distintos descuentos que hay, quedándose en solamente 24.500 euros. Un precio increíble ya que la unidad no solo equipaba la edición particular Red&Black Edition, sino asimismo hacía gala de un óptimo número de elementos opcionales.

El Focus reemplazó al Scort, y de eso hace ahora prácticamente 20 años
Prueba Ford Focus 2.0 TDCi
En el momento de investigar un turismo todo se apoya en la estabilidad. No hay un producto especial pero lo que suma debe ser mayor a eso que resta. Por todo lo previamente dicho hay bastante que suma en el Focus, y alguna cosa que resta, la mayor parte de ellas debidas a una longevidad acusada. Pero, ¿qué ocurre en el momento de ponerse en marcha? De nuevo luces y sombras.
Por una parte poseemos lo positivo, lo bueno. Quiero decir que su accionar y desempeño. El chasis logre que sea viejo, pero eso no quita a fin de que prosiga cumpliendo de manera destacable. En verdad lo realiza mejor que algún modelo de la rivalidad con menos años en su historial. Sabe enfrentar sacrificios con soltura y solamente continúa inmutable en el momento de linkear curvas o efectuar giros veloces. En este capítulo no hay ni solo una pega que poner.
Tampoco hay que sumarla en el tema mecánico. El motor de 2 lts. distribución sus 150 caballos máximos a 3.750 revoluciones, al tiempo que el par de 370 Nm lo poseemos libre en un rango entre las 2.000 y las 3.250 rpm. Esto significa que deberemos habituarnos a llevar algo alto de vueltas el motor para de este modo poder tener toda la fuerza del motor. Bajo ese rango la contestación es perfecta, si bien bajo las 1.500 rpm nos forzará a achicar la marcha si deseamos una reacción mucho más rápida.

La estabilidad de accionar es bueno, mejor que el de la mayor parte de sus oponentes
De la administración de esa fuerza se ocupa la caja de cambios, que en un caso así era manual con seis relaciones. Ford la ha dispuesto para que sus tres primeras marchas sean cortas, consiguiendo mucho más contestación, al tiempo que las últimas tres sean sensiblemente largas, más que nada la quinta y la sexta que llegan al punto de ahogar el motor circulando a bajas velocidades.
La tercera marcha es la clave, la que se utiliza para todo, con ella engranada el vehículo se siente a gusto si bien tu bolsillo no tanto. Es un inconveniente endémico de los cambios manuales de nueva generación al que no puedo tachar como defecto pero que sí necesita acostumbrarse a ello. A fin de que te hagas un concepto, no es el habitual diésel en el que logres circular a 50 Km/h con la quinta metida, poder se puede pero despídete de cualquier contestación.
La unidad probada no disponía de múltiples métodos de conducción. Su accionar es perfecto siempre y en todo momento. Simple y simple.
No vayas a meditar que el vehículo no tira o que no se le aprecian los 150 caballos de capacidad, pues solamente lejos de la verdad. En verdad si llevamos el motor en su rango perfecto de vueltas y la caja de cambios en la marcha adecuada, estamos frente a una enorme combinación, alegre y resolutiva para todo. En verdad si lo equiparamos con oponentes de potencias semejantes, el Focus es mucho más alegre en sus respuestas, si bien le prosiguen pesando las recuperaciones en marchas largas.
Esto se origina por que el Focus siempre y en todo momento ha favorito una conducción alegre a una conducción eficaz. El restyling de la quinta generación hace extensible esta filosofía y de ahí que el 2.0 TDCi es realmente bueno si nuestra conducción tiende a ser alegre y vivaz. Todo acompaña a ello, desde el grupo del motor y la caja de cambios, pasando por el chasis y la dirección.

La tecnología se muestra de manera trasnochada, pero prosigue habiendo un óptimo número de dispositivos
La suspensión no acaba de proseguir el ritmo, ya que en determinados instantes peca de blanda, tendiendo al choque del eje delantero a la entrada de la curva. Tampoco pienso ponerlo como pega ya que tampoco es que afecte tanto al carácter del vehículo, solo contribuye ese puntito de confort. Mención aparte meritan los neumáticos. La unidad probada llevaba calzadas unas gomas de 18 pulgadas ContiSportContact, lo que en ningún caso favorecían el refinamiento de marcha, mucho más bien todo lo opuesto, realizando al turismo mucho más ruidoso con un deslizamiento mucho más rugoso. Culpa de un neumático que bien podría llevar un deportivo, y a una llanta algo grande.
Llegamos a la parte menos buena del 2.0 TDCi, los consumos. Ford oficializa un consumo medio de 4,0 litros a los 100 km. No sé de dónde se sacan esas cantidades los americanos pues en ningún instante durante la semana de pruebas se dejaron ver en el pc de dentro. Tras mucho más de 1.000 km recorridos dicho pc desprendió un gasto medio de 6,2 litros, un número exageradamente alta y distanciada de las mediciones oficiales.
Sin dudas es lo malo de esta versión ya que en ningún caso aguardaba conseguir semejantes datos. La ruta fue muy diferente, teniendo un mayor importancia las autopistas. Bien es verdad que en determinados instantes se exprimió el motor, pero en la mayor parte del tiempo la conducción fue absolutamente diaria. Pese a ello el pc desprendió esa cantidad, y hoy prosigo considerándola altísima para un turismo de similar capacidad y tamaño.

Cuadro de simple lectura, con un display con mucha información referida a la conducción
Conclusiones
A fin de cuentas ¿qué hay de bueno y qué hay de malo en este Ford Focus 2.0 TDCi de 150 caballos? Ya que el cómputo es bueno. En su favor tiene una estética interesante con ese puntito cañero que nos atrae, un equipamiento muy acertado que no termina por encarecer excesivamente el vehículo, y un accionar muy mayor a la media pese a tener unos añitos de sobra respecto a su rivalidad. Con todo lo mencionado ahora poseemos lo bastante para un óptimo turismo, pero si a eso le sumamos un precio verdaderamente competitivo, el resultado es preferible aún.
En el otro lado de la balanza contamos lo malo. Más allá de que su antigüedad no piensa ningún inconveniente en el chato dinámico si que lo piensa en el chato del interior. El habitáculo se ve algo viejo, y muchas partes tienen que padecer una profunda renovación. La próxima generación asimismo debe prosperar el aprovechamiento del espacio, no es lógico que entre los turismos mucho más enormes del segmento cuente con entre los maleteros mucho más pequeños. Y finalmente los consumos, superiores si tenemos en consideración la capacidad y el tamaño del Focus. Esos son los puntos a progresar de cara a una exclusiva generación, eso sí sin olvidarnos de los puntos fuertes que son mucho más.
¡Increíble cómo el Ford Focus sigue siendo una joya sobre ruedas! 💎🚗 #NuncaPasaDeModa
¡Vaya bólido! Me encanta cómo el Ford Focus se mantiene joven y en forma. ¿Alguien más se une al club de fans?
Vaya, el Ford Focus 2.0 TDCi parece un verdadero roquero en las carreteras. ¿Alguien más quiere un concierto? 🎸
¡Qué buen artículo! Me encanta el Ford Focus, aunque prefiero el color azul. ¿Y tú?
¡Vaya, vaya! El Ford Focus sigue siendo un roquero en pleno 2021. ¿Quién lo diría?
¡Increíble que el Ford Focus siga siendo un roquero! ¿Quién diría que los años no pasan por él?
¡Totalmente de acuerdo! El Ford Focus es un verdadero clásico que sigue sorprendiendo. Su diseño y rendimiento no tienen rival. Definitivamente, los años no le pasan factura. ¡Sigue siendo un referente en el mundo automotriz!