Prueba del Mazda CX-5 Skyactiv-G 2.5 194 CV 4WD

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Analizamos intensamente la profunda renovación que ha recibido el SUV de Mazda, un vehículo que luce por su diseño, confort de marcha y una calidad general que lo acerca a los modelos premium. Para esta prueba del Mazda CX-5, contamos con la versión de gasolina mucho más fuerte, que está socia a un cambio automático y la tracción total.

El desarrollo de las ventas de Mazda en el mercado español y europeo en los últimos tiempos fué increíble, y el responsable, en decisión correcta, de este éxito fué el Mazda CX-5. Dado que se encuadre en el segmento de los SUV sólidos asimismo ha ayudado, en tanto que hablamos de una categoría que un año tras otro gana cuota de mercado, situándose ahora entre las preferidas de los conductores.

El Mazda CX-5 llegó a los comercios que venden automóviles en 2012 y durante su historia comercial ha recibido múltiples restyling, pero ninguno como el último. Frente a la avalancha de nuevos oponentes (Peugeot 3008, Seat Ateca, Opel Grandland X…), la marca de Japón acometió una profunda renovación de su producto estrella, tan profunda que hasta podría parecer una exclusiva generación. En verdad, los cambios abarcaron casi todas las áreas: exterior, interior, chasis, motores y equipamiento.

Para la prueba del Mazda CX-5, contamos con la variación que monta el motor de gasolina mucho más fuerte, el 2.5 Skyactiv-G de 194 CV, que está asociado de manera única al cambio automático, la tracción total y el nivel de equipamiento mucho más prominente de la gama, llamado Zenith.

Precio del Mazda CX-5 de gasolina mucho más fuerte

Sin descuentos, el valor del Mazda CX-5 2.5 Skyactiv-G 194 CV ronda los 39.000 euros, una cuota que puede parecer un poco alta. No obstante, si tomamos en cuenta la calidad general del vehículo, el equipamiento libre y, más que nada, lo equiparamos con la rivalidad, nos vamos a dar cuenta de que tiene un precio muy competitivo. En este sentido,  el SUV de Mazda está mucho más cerca de los modelos premium que de los generalistas, siendo su contrincante mucho más directo el Volkswagen Tiguan.

Si deseas saber todos y cada uno de los datos, no te pierdas esta prueba del Mazda CX-5 2.5 Skyactiv-G de 194 CV.

Nuestra opinión: 7,8

Considerable

  • Confort de marcha
  • Calidad percibida
  • Pintura Soul Red Crystal

Mejorable

  • Sin rueda de recambio
  • Unión del costado de los asientos
  • Sin indicio de temperatura del motor

Ver ficha técnica y equipamiento

Diseño: Mucho más afilado, mucho más belicoso… Mucho más Kodo

El Mazda CX-5 de gasolina y 194 CV monta llantas de aleación de 19 pulgadas de serie.

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Con la última generación del Mazda6, la firma de Hiroshima inauguró el lenguaje de diseño Kodo. La implantación de este código estético ha servido a fin de que Mazda logre alardear de tener entre las gamas mucho más interesantes del mercado. Faros rasgados, frontales violentos, líneas dinámicas… La marca asiática ha conocido conjuntar con acierto todos y cada uno de los aspectos que dan forma a un modelo, para hallar una imagen deportiva a la par que muy elegante.

Ya que bien, el nuevo Mazda CX-5, pese a no ser una exclusiva generación, piensa una evolución muy destacable del lenguaje Kodo, puesto que se han enfatizado los aspectos mucho más propios de este estilo de diseño. Así mismo, la característica parrilla alada guarda su forma, pero incrementa su imagen combativa y deportiva; el capó gana en longitud y también tiene dentro unos nervios aún mucho más marcados; y  las ópticas tanto delanteras como traseras se vuelven mucho más finas y afiladas.

Otra exhibe de la vigorosa evolución estética del CX-5 es la vuelta de tuerca que le dieron a su color de carrocería estrella, el llamado Soul Red, que ganó un nuevo apellido pasando a nombrarse Soul Red Crystal. Si bien a fácil vista logre parecer exactamente el mismo, la verdad es que ganó en hondura y matices. Con un sobrecoste de precisamente 800 euros, este color transmite precaución en los datos y da un sensación de calidad que nos transporta a meditar que nos encontramos frente al modelo de una marca premium.

Si bien la imagen es esencial (hablamos de uno de los más importantes causantes de compra), la marca asimismo trabajó otras caracteristicas relativos a la calidad de construcción. De este modo, ha achicado, por poner un ejemplo, el margen de tolerancia entre cuadros y ha usado mayor proporción de material aislante, para achicar el nivel de estruendos que se filtra al habitáculo y, por ende, acrecentar el confort de marcha.

En lo que se refiere a sus dimensiones exteriores, el nuevo Mazda CX-5 mide 4,55 metros de longitud, 1,84 m de anchura y 1,68 m de altura, con una distancia entre ejes de 2,7 m.

Interior: El interior del Mazda CX-5 luce por calidad y amplitud

La ergonomía del Mazda CX-5 está muy bien estudiada.

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La sensación de calidad del exterior sigue en el momento en que abrimos las puertas y entramos al habitáculo del Mazda CX-5. El diseño del salpicadero prosigue las líneas del modelo antecedente, pero los pequeños, si bien varios, cambios dieron sitio a un habitáculo mucho más limpio visualmente, mucho más muy elegante y mucho más atrayente.

Además de esto, los materiales usados emiten una buenísima sensación y los cambios, que eran buenos, mejoraron en ciertas secciones. Además, la marca ha incluido, dependiendo del acabado, tapizados en los huecos de las puertas y la guantera, lo que ayuda a eludir ruidos molestos y, por ende, acrecentar la calidad del interior. Por su lado, la increíble tapicería de piel blanca con la que contaba la unidad de pruebas, que forma una parte del equipamiento opcional, dota al habitáculo de un aspecto mucho más caluroso y agradable.

El espacio libre para los usuarios es asimismo entre las virtudes del Mazda CX-5. Los asientos de las plazas delanteras son muy cómodos y unicamente se echa en falta un tanto mucho más de agarre en los laterales. En las plazas siguientes, que tienen exactamente el mismo nivel de acabados, hay 2 novedades con en comparación con modelo antecedente: salidas de aireación en el túnel central y respaldos de inclinación regulable. Además de esto, tienen 2 tomas USB ubicadas en el reposabrazos y ámbas plazas laterales tienen la posibilidad de tener calefacción. En lo que se refiere a la plaza central, tiene las restricciones de anchura comunes de la categoría, si bien no es de las peores.

El maletero del Mazda CX-5, que puede tener un portón de apertura eléctrica, cubica 477 litros, un número que no lo ubica adelante de la categoría en este capítulo. Al derrumbar los asientos, el resultado es una área continua, si bien con una pequeña inclinación.

Motor: El Mazda CX-5 tiene un sistema de desconexión de tubos

Las motores de gasolina del Mazda CX-5 no cuentan con turbo.

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Para la prueba, contamos con el Mazda CX-5 de gasolina mucho más fuerte. Esta versión monta un bloque de 4 tubos y 2,5 litros de cilindrada que lleva a cabo 194 CV de capacidad a 6.000 rpm y distribución unos cuantos máximo de 258 Nm a 4.000 rpm. Con esta mecánica, el Mazda CX-5 hace más rápido de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y consigue una agilidad máxima de 195 km/h.

El motor de gasolina mucho más fuerte del Mazda CX-5 luce por la suavidad y el silencio que da, lo que repercute en un alto confort de marcha. Además de esto, la capacidad es, como ahora habrás podido imaginar, mucho más que bastante para desplazar con soltura los 1.560 kilos que pesa el vehículo.

Para sus variaciones de gasolina, Mazda prosigue apostando por los motores atmosféricos. Esta resolución supone, entre otras muchas cosas, una enorme flexibilidad en las fases de aceleración y unos cuantos mucho más bajo de lo esperado en la región baja del cuentavueltas. En el caso específico del Mazda CX-5, va a haber oportunidades en las que echemos de menos el empujón plus de la sobrealimentación.

En todo caso, el vehículo está enfocado a una conducción sosegada y distendida y, en esos instantes en los que nos acordemos del turbo, solo vamos a deber anticiparnos a la maniobra bajando una o 2 marchas de manera manual para subir el giro del motor a las 4.000 rpm y tema parcialmente resuelto, claro está, a costa de acrecentar el consumo de carburante.

La transmisión automática, que es de tipo convertidor de par y la única opción libre para esta mecánica, tiene un óptimo desempeño y acepta su manejo de manera manual mediante nuestra palanca. Además de esto, tiene un método Sport que soporta un tanto mucho más el salto de marcha.

El sistema de desconexión automática de tubos deja al motor marchar, en el momento en que no es precisa toda la fuerza del propulsor, con solo 2 de los 4 tubos. El sistema, que entra en desempeño de manera indetectable para el conductor, actuará en ocasiones en las que circulemos, por servirnos de un ejemplo, en una carretera llana y a agilidad incesante. En contraste a, por servirnos de un ejemplo, los modelos de Seat, no tenemos ningún testigo ni mensaje en el pc de dentro que informe de que ha entrado en acción.

Accionar: Mazda CX-5 de gasolina: el compañero ideal de viaje

El chasis del nuevo Mazda CX-5 ha sido reforzado empleando mayor cantidad de acero de alta resilencia.

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Como ahora hemos dicho, más allá de que no se intente una exclusiva generación, el Mazda CX-5 fué inspeccionado de arriba abajo. Para comenzar, el chasis ha incrementado su rigidez torsional y, para proseguir, la suspensión, que sostiene su esquema de tipo MacPherson en el eje delantero y multibrazo en el trasero, ha recibido varios cambios. Además de esto, se han inspeccionado los sistemas de dirección y frenos. El resultado de todas y cada una estas ediciones fué muy satisfactorio, puesto que el nuevo Mazda CX-5 sostiene sus admirables caracteristicas activas al paso que aumenta su confort de marcha y gusto de conducción.

En localidad, resulta un turismo en especial satisfactorio de conducir por tres causantes: el silencio y sepa de vibraciones del motor, la buena visibilidad que contamos desde todos y cada uno de los ángulos y la sencillez que da el cambio automático. Además de esto, nos semeja que el eje trasero ha suavizado su repuesta, ‘tragándose’ los pasos superiores o baches sin molestos rebotes para los usuarios de las plazas siguientes.

En vías veloces es donde mejor se puede ver la evolución del Mazda CX-5. Con un rodar muy fino, a sus mandos poseemos la sensación de estar frente a un turismo de categoría, un modelo de corte premium. La suspensión absorbe con perfección las irregularidades del lote, y la sensación de seguridad y seguridad que proporciona es muy elevada. Además de esto, la insonorización del habitáculo está muy conseguida, lo que ayuda a acrecentar el confort. En vías secundarias y con curvas lentas, el Mazda CX-5 es un vehículo bastante ágil para lo que se estila en la categoría, pero está destinado precisamente al confort y eso le penaliza, puesto que, si avivamos el ritmo, el cabeceo  y la inclinación de la carrocería es acusado.

En lo que se refiere a la dirección, nos deja asesorar al turismo con precisión y tiene el nivel de asistencia adecuada.

Una de las considerables noticias del último Mazda CX-5 es la incorporación del sistema G-Vectoring Control (GVC). Hablamos de un dispositivo que juega con las trasferencias de masas, repartiendo la distribución de par del motor para mejorar, en función de las situaciones, la carga que recibe cada rueda. Así, incrementa la seguridad y limita tanto el subviarje como el sobreviraje.

Equipamiento: Todo incluido

Tras el logo de Mazda, se esconde un radar.

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El Mazda CX-5 2.5 Skyactiv-G 194 CV está asociado de manera única al nivel de acabado Zenith, el mucho más prominente de la gama, con lo que el equipamiento de serie es muy espléndido. En verdad, salvo la pintura metalizada y el bulto de cuero blanco para el interior (de serie es en color negro), no vas a poder seleccionar ningún equipamiento opcional, lo incluye todo.

Así, contamos, entre otras muchas cosas, con techo del sol practicable, asientos delanteros calefactables y con ajuste eléctrico, climatizador bizona, sistema de audio Bose con 10 altífonos, ingreso capaz sin llave, cámara de visión posterior y sensores de estacionamiento, portón trasero eléctrico, retrovisores exteriores plegables y pantalla táctil de siete pulgadas con navegador y conexión al Móvil inteligente.

Además de esto, tiene dentro varios sistemas de seguridad y asistencia a la conducción, entre ellos el Head-Up display con proyección en el parabrisas (es preferible que los que se visualizan sobre una lámina desplegada sobre el panel de instrumentos), descubridor de fatiga, alarma de cambio involuntario de carril, control de ángulo fallecido y alarma de tráfico cruzado trasero.

También, el control de crucero adaptativo incorporó como novedad la función Stop and Go, lo que deja al vehículo achicar su agilidad hasta pararse completamente y reiniciar de manera automática la marcha en el momento en que el tráfico lo deje. Marcha de manera exitosa y resulta realmente útil en los atascos.

Otro de los elementos de equipamiento interesantes son los faros adaptativos con 12 bloques de led que tienen la posibilidad de apagarse y prenderse de manera sin dependencia, lo que deja un control mucho más exacto de la luz. Proponen una iluminación increíble de la carretera y fatigan menos al conductor.

Al fin y al cabo, los prácticamente 39.000 euros que cuesta el Mazda CX-5, con este motor y acabado, están mucho más que justificados, situándolo como una buenísima opción alternativa a modelos como el Volkswagen Tiguan o aun el nuevo BMW X3.

Consumo: Acorde al tamaño y capacidad del vehículo

El depósito de gasolina del Mazda CX-5 tiene capacidad para 58 litros.

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Las cantidades de consumo del Mazda CX-5 2.5 Skyactiv-G 194 CV homologadas por la marca son las próximas: 8,7 l/100 km en localidad, 6,1 l/100 km en carretera y 7,1 l/100 km en período mixto. Como es frecuente, las cantidades conseguidas a lo largo de la prueba fueron mucho más altas, pero buenas, si tenemos en consideración las posibilidades y peso del vehículo.

En localidad, nos movimos cerca de los 9,5 y los 10l/100 km. En vías veloces y a una agilidad de entre 100 y 120 km/h, el pc de dentro marcaba unos atrayentes 7,1 l/100 km y, en el final de la prueba, el consumo medio era de 8,5 l/100 km.

La autonomía del Mazda CX-5 de gasolina mucho más fuerte se ubica, con un depósito con aptitud para 58 litros, en precisamente 600 km.

Las cantidades de consumo real del Mazda CX-5 2.5 Skyactiv-G 194 CV se obtuvieron llevando a la práctica una conducción aproximadamente eficaz. No hemos buscado conseguir un consumo de récord, pero tampoco fuimos descuidados con los frenazos o acelerones.

Lo que sí pudimos ver es que el consumo cambia claramente dependiendo del género de conducción practicada. Así, los conductores mucho más impetuoso o desentendidos tienen la posibilidad de ver como acrecientan de manera significativa las cantidades de consumo.

Oponentes: Oponentes del Mazda CX-5 Skyactiv-G 2.5 194 CV

Prueba del Mazda CX-5 Skyactiv-G 2.5 194 CV 4WD Prueba del Mazda CX-5 Skyactiv-G 2.5 194 CV 4WD Prueba del Mazda CX-5 Skyactiv-G 2.5 194 CV 4WD Prueba del Mazda CX-5 Skyactiv-G 2.5 194 CV 4WD
Vehículo

Mazda 2.5 Zenith Cruise+Roof+White Leather 4WD Aut. 143kW

Volkswagen Tiguan 2.0 TSI Sport 4Motion DSG 132kW

Seat Ateca 2.0TSI S&S FR 4Drive DSG7

Bmw X3 xDrive 20iA

Precio Desde
38.924 €
Desde
43.145 €
Desde
38.140 €
Desde
51.100 €
Comburente Gasolina Gasolina Gasolina Gasolina
Cambio 6 marchas 7 marchas 7 marchas 8 marchas
Capacidad (CV) 194 180 190 184
Aceleración 0-100 km/h (s) 9,2 7,7 7,9 8,3
Consumo Medio (l/100 km) 7,1 7,4 7,0 7,1
Emisiones CO2 (g/km) 162 170 159 163

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