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El Citroën AMI me prosigue pareciendo feo, muy feo. Pero ahora me ronda la cabeza la iniciativa de gastarme el dinero en él en el mes de marzo de 2021, en el momento en que vamos a poder adquirirlo en línea y recibirlo en el hogar en solo unos días. Sí, como un pedido en Amazon.
Durante sus ahora mucho más de 100 años de historia, Citroën creó varios automóviles que, transcurrido el tiempo, se convirtieron en genuinos iconos. Hay mucho más, por supuesto que sí, pero quién no recuerda al Citroën 2CV, el Citroën DS o el Citroën Méhari. Y todos ellos tenían algo de particular, revolucionario o, por qué razón no decirlo, algo extraño, desde el instante en que se pusieron ‘en marcha’ por vez primera.
Con ese motivo nace el Citroën AMI. Este ‘proyecto’ de la marca francesa, esto, no es un turismo ni quiere serlo. Y es esencial arrancar teniendo claro este punto, pues sino más bien posiblemente muchas de las peculiaridades y características del Citroën AMI no se logren entender como tienen que. Grábatelo en la cabeza: esto no es un turismo.

La novedosa movilidad
La bicicleta siempre y en todo momento estuvo ahí, pero jamás tan presente y tan personaje principal en las ciudades; precisamente igual que la motocicleta. Los patinetes eléctricos, no obstante, llegaron como una parte de esta novedosa movilidad en el campo urbano. Y en este contexto hay otros géneros de automóviles que son viejos populares, pero que en oposición a los que acabo de refererir, perdieron parte importante o la integridad de su importancia: los ciclomotores. Sí, las motocicletas de 50 cc, aquellas que nos sirvieron cualquier día como primer vehículo ‘con carnet’.
El Citroën AMI nace en este contexto. En el contexto de la necesidad de novedosas resoluciones para el campo urbano, para la movilidad personal y singularmente para ‘escapar’ del transporte público y el car sharing, en los que se piensa que es mucho más simple contagiarse del dichoso coronavirus. No es un vehículo, como ahora te avanzaba, sino más bien una opción alternativa al transporte público, aun complementario en según qué casos, y si quizá comparable a los ciclomotores por las pretensiones que puede contemplar y las opciones que puede lograr.
Otro ‘aparato’ comparable son los conocidos ‘turismos sin carnet’, que sí necesitan un ‘carnet’ que es el permiso AM; o sea, el de ciclomotor. Estos son micro turismos diésel, cuadriciclos rápidos como el Citroën AMI que nos ocupa. Pero el Citroën AMI tiene muchas virtudes en frente de ellos y, por ejemplo, indudablemente está dado que es un vehículo 100% eléctrico.

Qué te da el Citroën AMI, qué no, y de qué forma lo realiza
Diseño… diferente, pero con causas
El Citroën AMI te va a llamar la atención solamente verlo en persona. Eso seguro, pues es un cubo prácticamente especial, es absurdamente pequeño y además de esto es simétrico. Para achicar los costos de producción al radical y facilitar sus reparaciones urgentes en la medida en que fuera viable, Citroën ha achicado su diseño a unas escasas piezas plásticas como carrocería. Conque es igual por enfrente que por detrás y, ciertamente, tiene tan escasas piezas que las puertas son ‘exactamente la misma’. De ahí que, la del conductor se abre ‘habitual’ y la del acompañante contra el tráfico.
Las ventanas, que nos las podríamos tomar como un guiño al Citroën 2CV, se abren de manera parcial y manual, con un ‘clip’ que sosten medio cristal a fin de que no caiga y nos entre aire. Buena iniciativa que logren abrirse, por el hecho de que si bien disponemos calefacción, lo que no contamos es aire acondicionado y, en su sitio, deberemos conformarnos con ventilación.

Un interior increíblemente extenso
Si el tamaño exterior del Citroën AMI es ‘absurdamente pequeño’, cabría aguardar que el interior lo sea asimismo ¿no? Ya que no es de este modo.Al meternos dentro suyo nos sorprendemos por un enorme espacio longitudinal y la sensación de un taburete claramente retrasado; de ancho, no obstante, poniendo los asientos de la misma forma nos iremos rozando con nuestro acompañante.
Aun para eso Citroën tuvo una gran idea: desfasar los asientos, el uno con en comparación con otro, a fin de que tengamos la posibilidad ir en el Citroën AMI igual que haríamos al ir tres personas en las plazas traseras de prácticamente cualquier turismo. Ya conoces, eso de ‘trasero alante – trasero atrás – trasero alante’, para no ir con la espalda comprimida y los hombros adelantados, rozando con los de la persona que está junto a nosotros.
Los asientos son estrechos y sencillos, una sola parte de plástico negro duro, como la silla de un estudiante de principal, con un rápido acolchado asimismo en otras 2 piezas plásticas: una para la espalda y otra para las piernas. Pero no es inconveniente, pues en el género de recorridos que tenemos la posibilidad de llegar a llevar a cabo con el Citroën AMI, la verdad es que no llegan a ser incómodos.

Los tactos de todos y cada uno de los elementos son de plástico duro, increíblemente simple, pero en todos y cada uno de los casos con cambios adecuados. El contacto es como el de un vehículo térmico, aun con el último giro de ‘arranque’, y el freno de mano es mecánico con palanca habitual. El control de la ‘transmisión’ está en el borde izquierdo del taburete del conductor y conformado por tres botones: uno para seguir, otro para retroceder, y otro para el ‘punto fallecido’.
Tecnología cero, sabiduría sin limites
Y si una vez sentado deseas oír a Barry White, o la música que mucho más te agrade –yo qué sé-, tienes un único altavoz que va engastado en el salpicadero. Es un tubo idéntico a los altífonos Bluetooth portátiles que están tan de tendencia, aquí no hay altífonos en las puertas ni, al fin y al cabo, un sistema de audio que viene dentro. Y tampoco hay sistema multimedia, pero sí un soporte para tu móvil, que va a ser lo que emplees de GPS y de reproductor de música, conectado al altavoz Bluetooth.
O sea, que a nivel tecnológico simplemente no existe nada que buscar ni que conseguir, pero las resoluciones por las que eligió Citroën son capaces y, probablemente, las preferidas del público al que está enfocado el Citroën AMI. Y sí, asimismo son las resoluciones mucho más económicas, claro. Lo que sí disponemos es un pequeño cuadro de instrumentos digital tras el volante en el que ver cuántos km hemos paseo, a qué agilidad vamos y qué autonomía nos queda. Bastante.

¿Con limite al empleo en localidad?
No. Si bien el Citroën AMI puede parecer un ‘no vehículo’ única y de forma exclusiva para el campo urbano, el hecho de ser un cuadriciclo rápido nos piensa algunas restricciones, sí, pero asimismo ciertas libertades. La agilidad máxima es de 45 km/h, requerimos el permiso AM que tenemos la posibilidad de hallar con 15 años por lo menos y no tenemos la posibilidad de circular por autovías ni autopistas. Pero sí por interurbanas y vías de servicio, por servirnos de un ejemplo.
Su comienzo comercial en Francia ahora demostró a todos que es un vehículo que atrae para empleo urbano, empleo periurbano y empleo rural. Es para lo que se está comprando y utilizando ahora en el país vecino, conque es una situación. Ciertamente, este pequeño eléctrico puede solucionar las pretensiones de movilidad a quienes deseen ir por localidad, pero asimismo desplazarse entre ayuntamientos vecinos o ‘entre pueblos’, sabiendo que nos va a llevar a 70 km de distancia, como máximo, por su autonomía.
Y va a llevarlo a cabo dejándonos lograr los 45 km/h por restricción técnica y legal, si bien no sería extraño que observemos llegar mods como los de los patinetes eléctricos, que expriman en mayor medida su pequeño motor eléctrico de 8 CV. Lo atrayente es que, si bien sus posibilidades son limitadísimas, cuando menos con un ocupante de 82 kg de peso, el Citroën AMI hace más rápido con soltura y se desplaza con determinación.

A lo largo de la prueba de conducción pude revisar que, si bien muy, muy pequeño, el Citroën AMI tiene buena pisada. El paseo pude llevarlo a cabo en localidad, y allí el AMI presta una sensación de dirección precisa y despacio y suspensión estable. Eso sí, a propósito entré –fuera de la ruta marcada- por un empedrado, y ahí el Citroën AMI me probó que el filtrado de suspensión y el aislamiento del habitáculo son pésimos. Ni mucho más, ni menos.
Pero en cualquier caso, las experiencias en general con el Citroën AMI son mejores de lo que esperas. Hay que acordarse en todo instante de qué es precisamente este pequeño vehículo y de que su precio es de 6.900 euros. Si lo equiparamos con una motocicleta de 50 cc, o con un vehículo ‘sin carnet’, la verdad es que sale ganando en prácticamente todos los puntos. La motocicleta, no obstante, fluye bastante superior entre el tráfico.
Conclusión
El Citroën AMI es, de todos modos, una agradable sorpresa. Es feo en fotografías y pequeño, pequeñísimo. Y en el momento en que lo ves en persona es asimismo feo y pequeño. Pero ¿es eso lo que importa? En lo más mínimo. Lo que importa es que es 100% eléctrico y, por consiguiente, ecológico. Si eso te da lo mismo, ten en cuenta que cargarlo es hiper-económicopues su batería es de 5,5 kWh. Lo cargas en el hogar –o donde desees- con su enchufe familiar que viene dentro y en solo 3 horas. Y a ‘correr’.

Que sea eléctrico nos irá a sospechar un buen ahorro con el pasar de los años, y virtudes como estacionar en cualquier parte, no solo por tamaño sino más bien asimismo por normativa. Además de esto, es un cuadriciclo rápido, conque olvídate de una póliza cara para asegurarlo, y ten en cuenta que con un permiso AM lo puedes llevar desde los 15 años.
No posee airbag de ningún género, pero andas menos expuesto que en una motocicleta de 50 cc y tienes cinturón de seguridad, aparte de que ir en él es ir en una jaula metálica a 45 km/h. De entrada, si bien no logre alardear de sistemas y tecnología de seguridad, es de nuevo mejor que una motocicleta. Esto asimismo es por reducción de costos y de peso, y pues se supone que a esas velocidades los accidentes son bastante menos peligrosos. Dejémoslo ahí.
Tampoco contamos aire acondicionado y lo tiraremos de menos en algún instante, seguro. Pero va a haber que estudiar a vivir sin él como en una motocicleta, con el beneficio de la ventilación interior y un techo. En invierno, como es natural, la calefacción y ese techo –para la lluvia- nos van a hacer rememorar por qué razón nos hemos gastado el dinero en un ‘no vehículo’ que es simétrico.
El Citroën AMI tiene muchas restricciones. Pero asimismo las tiene una motocicleta de 50 cc, una bicicleta, un patinete eléctrico o ‘un Aixam’. Y tiene asimismo muchas virtudes. Es un concepto desquiciada de los franceses que, por varios fundamentos, apunta a ser un éxito comercial en un público nuevo. Me prosigue pareciendo feo, muy feo. Y horriblemente fácil y simple, pero ahora me ronda la cabeza la iniciativa de adquirirlo en el mes de marzo de 2021, que va a ser en el momento en que concluya el período de pre reserva y esté libre para obtener. No va a substituir a mi vehículo, que lo necesito para viajar, pero sí se llevaría el abultado de mis movimientos: al gimnasio, a la farmacia, al súper, al instituto del nene…
Vaya, este Citroën AMI parece más un juguete que un coche de verdad. ¿Alguien se atrevería a llevarlo a la autopista?
¿Quién necesita un coche normal cuando puedes tener un Citroën AMI? ¡Diversión garantizada en la ciudad!
¡Vale, pero ¿qué onda con el diseño? El Citroën AMI parece un juguete gigante!
¡Qué locura de coche! Me parece una mezcla entre un patinete y un cochecito de juguete. ¿Alguien se atreverá a usarlo en serio?
Creo que el Citroën AMI 2020 es tan peculiar que podría ser el nuevo Batimóvil.