Varios cronistas de todo el mundo del motor afirman que el primer monovolumen de la historia fue el Renault Espace de 1984. De verdad que la comercialización de este vehículo fue un éxito y una revolución que forzó al conductor más conservador a olvidar viejos perjuicios sobre la manera que debía tener un vehículo.
Lamentablemente, aún hoy día es recurrente charlar con personas que prosiguen llamando “furgonetas” a estos turismos y que se prosiguen impresionando en el momento en que son adelantados por uno de esos automóviles. No debemos olvidar que, más allá de sus formas “atípicas”, ciertos como el Fiat Freemont tienen la posibilidad de equipar motores de hasta 280cv, lo que le deja sobrepasar los 200km/h o lograr los 100km/h saliendo desde parado en poco más de 8 segundos.
Lamentablemente para Renault, tampoco tenemos la posibilidad de ignorar que un año antes, en 1983, empezó la comercialización en USA y Canadá de los Chrysler Town& Country. De cualquier manera, esto no significa que el primer monovolumen de la historia haya sido el modelo americano. Entonces, ¿cuál fue el primero?.
El 1914, el desarrollador italiano A.L.F.A. (por ese momento, se escribía de esta forma) lanzó el modelo 40/60HP Siluro Ricotti como primer vehículo automotriz con carrocería de un solo cuerpo o, explicado de otra forma, con una carrocería son volúmenes distinguidos. Este A.L.F.A. equipaba un colosal motor de sobra de seis litros de aptitud que dejaba a seis usuarios moverse a velocidades superiores a los 100km/h. Lamentablemente, este A.L.F.A. no era capaz para viajes largos pues su carrocería de aluminio, con un extenso parabrisas panorámico y pequeñas ventanas laterales, se encontraba montada de manera directa sobre el motor, lo que calentaba incómodamente su habitáculo. Además de esto, el número de entidades producidas fue irrisorio, en tanto que entre el 40/60HP Torpedo y el 40/60HP Siluro Ricotti solo se montaron 27 entidades.
Aclarado este punto, regresa a quedar la duda de cuál fue el primer monovolumen de la historia que haya tenido una mínima presencia comercial. Sin duda, el primer vehículo comercializado en equipar una carrocería monocuerpo fue el Fiat 600 Multipla.
En 1955 se lanzó al mercado el Fiat 600, transformándose de forma rápida en un éxito de masas gracias a su configurado coste y a los reducidos costos de cuidado. No hay que olvidar que una parte del éxito cosechado por este robusto se debió a que el número de plazas que ofrecía el Fiat 600 era, y es aún hoy, impreciso: sin importar sus 3,22m de longitud total, aún no se sabe si era un vehículo de 4 o cinco plazas. Si tiramos de hemeroteca cinematográfica tenemos la posibilidad de llegar a conocer genuinas brutalidades. Esta indeterminación la logramos hallar con la aptitud de transporte de equipaje: ¿qué aptitud debemos tomar en cuenta?, ¿el maletero delantero?, ¿las rodillas de los usuarios?, ¿la baca del techo? Eran otros tiempos…
En todo caso, dirigido a esos usuarios que necesitasen un agregado de espacio, en 1956 empezó la comercialización de la carrocería monovolumen del Fiat 600, el Fiat 600 Multipla. Disponía de una carrocería carrocería alargada tan solo 20cm (hasta los 3,43m) y exactamente la misma base técnica que el Fiat 600 de 2 puertas, pero tenía aptitud para albergar hasta seis usuarios dentro suyo delegados en tres filas de asientos. Tan solo el esquema de suspensión, heredado del Fiat 1100, era diferente con en comparación con Fiat 600 usual.
Heredero del criterio del Fiat 500 C Giardiniera (no confundir “500 C” con “500C”), merced a su nuevo diseño monovolumen y a la predisposición posterior del motor, el diseñador Dante Giacosa ha podido situar la primera fila de asientos de manera directa sobre el eje delantero, lo que favoreció un aprovechamiento del interior bastante más esencial de lo que podría sospechar de seguro un aumento de tan solo 20cm de longitud total. Además de esto, se mejoró el reparto de pesos entre ejes.
La carrocería tenía 4 puertas laterales; los usuarios de la primera fila de asientos accedían al interior del Fiat 600 Multipla mediante 2 puertas autodestructibles, entendiendo como tal aquellas puertas de apertura inversa al sentido de la marcha (se abren por enfrente y las bisagras están en la parte posterior). El resto de usuarios ingresaban en el habitáculo por medio de 2 amplías puertas laterales de apertura usual. En la parte posterior había una trampilla para entrar al motor, pero no al habitáculo.
Inicialmente montaba el motor de 633cc (más tarde pasaría a 750cc) y se ofrecieron 2 ediciones: había una básica con 2 bancos corridos que daban taburete a 4 o cinco personas dejando un enorme espacio trasero disponible como maletero. Estos 2 bancos corridos podían transformarse en una “enorme cama”. La segunda versión, más suntuosa, tenía un banco corrido en la primera fila y 4 asientos traseros particulares delegados en 2 filas que, al plegarse sobre el suelo, dejaban una enorme interfaz de carga completamente plana. En todo caso, resulta conveniente acordarse que el Fiat 600 Multipla no tenía portón trasero y todo el equipaje debía cargarse mediante las puertas laterales.
Después, debido al enorme éxito de este turismo entre los taxistas, se ingresó una versión concreta para este colectivo dotada de una segunda fila de 2 asientos particulares y la tercera fila con taburete corrido y plegable. La curiosidad de esta versión taxi es que en la parte frontal solo tenía un único taburete individual para el conductor, lo que dejaba utilizar la parte frontal derecha como maletero.
En 1966, tras 170.000 entidades vendidas, el Fiat 600 Multipla se reemplazó por el Fiat 850 Familiare sin tener en cuenta el criterio de monovolumen. Este nuevo Fiat 850 Familiare era más moderno, extenso y polivalente que el Fiat 600 Multipla, pero era una variación de cinco o siete plazas del Fiat 850T, vehículo industrial que reemplazó al Fiat 600T.
Segunda parte: Fiat Multipla y también Iniciativa
Tercera parte: Fiat 500L
¡Vaya, vaya! El Fiat 500L es interesante, pero ¿qué hay de los Fiat 600 Multipla?
¡No entiendo cómo alguien puede amar el Fiat 500L! Es como un híbrido extraño entre un mini bus y un coche de juguete. ¡No gracias!
¡Wow! No puedo creer que el Fiat 500L tenga una historia tan interesante. ¡Increíble descubrir sus antecedentes en el Fiat 600 Multipla!